lunes, 11 de junio de 2018

Ponerse en la piel



Con esta dinámica, pretendo que nos pongamos en el papel de un niño/a con TDAH. 

¿Qué pasa si no podemos atender aunque queramos? 


¿Cómo reaccionamos si nos regañan por algo que no podemos controlar?


¿Por qué no puedo escuchar el cuento?...

¿Quieres ver lo que pasaría?





   

           “Un dia cualquiera...  




viernes, 5 de enero de 2018

Prométeme que serás delfin


Acabo de terminar estos libros. A la vista es uno, pero contiene muchos.
Por una parte la lucha de una madre que sufre por su hija con déficit de atención.
Por otra parte es una critica a la vocación docente, a la falta de vocación en muchas ocasiones y cómo esto repercute en la vida de nuestros hijos.
También al sistema sanitario. ¿quién recorta? ¿a quienes recortamos la asistencia sanitaria?



Es un libro recomendado a las madres y padres que tienen hijos con necesidades (y más concretamente a quienes sufren el déficit de atención en casa). Estos se van a sentir rápidamente identificados con la incomprensión de maestros, compañeros, padres, etc. Pero interesante también será su lectura por parte de los padres que no tienen hijos con necesidades. quizá se planteen que hay muchos niños que viven el colegio como una cuesta arriba, con una bola atada al tobillo, y a padres tirando de ellos. Muchas madres y padres dicen aquello de "a esta edad ya debería dormir solo, con estos años ya tiene que estudiar sóla..." y otros padres y madres callan y piensan "ya, pero no es así..."

También los docentes deberían leerlo. Hay muchas Celias y muchas Adelas. Muchas veces todos nos comportamos como Adela y si lo vemos desde fuera, nos podemos dar cuenta que no es la forma de educar a los niños y las niñas. Necesario planteárselo.

Desde el punto de vista de la sanidad también nos hace pensar si el recorte en las prestaciones de sanidad debería ser cómo nos venden. ¿Somos sólo un número y si esto significa un gasto, se nos quita de en medio...? 

Comienza el libro Amelia Noguera con la cita del gran José Luis Sampedro, y eso es un buen comienzo.